Thursday, March 17, 2011

Islandia, mon amour


Como te digo una cosa te digo la O, de no ser porque soy muy friolero y no me gustan los arenques ahumados, yo ya estaba viviendo en Islandia.

Mediante referéndum, con democracia participativa y sin violencia, han dicho que ya está bien y que de ellos no se ríe nadie: en el año 2007 Islandia era uno de los países con mejor calidad de vida del mundo; en 2010 entra en bancarrota por la mala gestión política y financiera y el pueblo, a golpe de cacerolas, toma la sartén por el mango y actúa. Consiguen que dimita el gobierno en bloque, nacionalizan la banca, encarcelan a los responsables de la crisis, arrinconan a los dos partidos que, como aquí, están sometidos a los dictados de los mercados y crean una comisión de ciudadanos de a pie para elaborar una nueva constitución. En resumen, los islandeses nos han enseñado un camino diferente para resolver la crisis. Tan sencillo como decir basta y recordar que la política, y quienes la ejercen, debe estar al servicio de la ciudadanía y no de los intereses del sector financiero cuya voracidad y codicia está en el origen de la crisis que nos afecta a todos.

Han hecho una revolución silenciosa de la que no ha hablado la prensa, la radio, la televisión ni las repugnantes tertulias de medio pelo. Lo que debiera de haber sido noticia de portada, a pasado desapercibido para todos los medios occidentales, no solo para los nuestros. ¿Por qué? Pues porque lo que no aparece en los medios no existe y eso de que los ciudadanos tomen la calle a golpe de cacerola y decidan su propio destino no está muy bien visto por el sistema.

Está claro que aquí no se piensa así, preferimos apoyarnos en Sartre cuando decía "el infierno son los otros". Sin duda es buen consuelo para la mentalidad española. Aquí, tenemos superávit en la caja de pensiones pero, aún así, las pensiones las "reforman", que ya se sabe que es el eufemismo que se utiliza para congelarlas. El empresariado español incluso con beneficios puede "flexibilizar", es decir, despedir a trabajadores aprovechando la coyuntura. La banca se queda con tu piso si no puedes hacer frente a la hipoteca en un "proceso de aceleración bancaria" mediante el cual, además de quedarte sin piso tienes que seguir pagando. La crisis no existe, solo se trata de una situación de "crecimiento negativo" ¿Que rayos es -como diría Millás- el "crecimiento negativo"? ¿Subir hacia abajo? ¿Avanzar hacia atrás? En Islandia a los que hablan así los meten en la cárcel por engañar al pueblo.

Es la diferencia entre participar activa y democráticamente para cambiar las cosas o quedarte en un revolucionario de salón.
Islandia, mon amour...

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