Monday, November 29, 2010

Santos Yubero


Martín Santos Yubero (Madrid, 1903-1994)  fue uno de los grandes reporteros gráficos madrileños de la república, de la guerra y de la postguerra española. Con su cámara registró miles de escenas de la vida cotidiana de España.

La exposición Crónica Fotográfica de Medio Siglo de Vida Española, 1925-1975 puede visitarse en la Sala Alcalá, calle de Alcalá, 31, hasta el 16 de enero.

Al nombre de Martín Santos Yubero siempre permanecerán asociadas imágenes del Madrid de nuestros abuelos, de nuestros padres y de la juventud e infancia de mi generación. En estas fotografías, que abarcan cinco décadas de trabajo, aparece retratada con toda intensidad la vida cotidiana de Madrid a lo largo de diferentes épocas históricas: la dictadura de Primo de Rivera, la República, la Guerra Civil y el régimen de Franco. Son 160 fotografías positivadas en gran formato que reflejan la calidad artística de un gran profesional.

Martín Santos Yubero fue un caso excepcional. Primero, ejerció como reportero gráfico oficial en la España republicana de Azaña cubriendo la guerra civil y, después, logró que el franquismo le concediera también licencia para seguir siendo fotógrafo durante toda la dictadura; un "Zelig" de la época que supo vivir y adaptarse a situaciones poco agradables con tal de plasmar documentos históricos de gran importancia, algo que Agustí Centelles el fotógrafo catalán no pudo hacer y tuvo que exiliarse antes de que el franquismo acabara con su Leica y con él.


Las escenas reflejan el cambio de una sociedad y las penurias que le tocó vivir. Muchas vidas anónimas como las de los soldados en una Puerta del Sol nevada, la madre con la cruz de hierro reflejando la pena por el hijo perdido en la División Azul, los rostros famélicos de una madre y sus hijos hundidos por el hambre, boxeadores como el aragonés Ignacio Ara, el único campeón europeo del peso medio que dio nuestro país, o un metropolitano con los reporteros gráficos en el foso que los aficionados al futbol llamabamos "de los leones". También están políticos y escritores como Jardiel Poncela con cara de triunfador, Valle-Inclán, Concha Espina, Marañón, Azaña, Calvo Sotelo, etc. Son muchas imágenes inéditas junto con otras más conocidas como la despedida del los jóvenes voluntarios de la División Azul  ilusionados por acabar con el comunismo, para alegría de los alemanes que los pusieron en primera línea de fuego; por desgracia, la mitad de las familias que esperaban recibirlos como triunfadores hubieron de conformarse con la Cruz de Hierro. Bendita ignorancia...

Thursday, November 25, 2010

Por el placer de volver a verla


Si Broadway hablara español los luminosos con los nombres de Miguel Ángel Solá y Blanca Oteiza serían del tamaño XXL. Por suerte para nosotros la obra se representa en el teatro Amaya de Madrid después de haber recorrido con éxito gran parte del territorio nacional.

El autor de “Por el placer de volver a verla” es el canadiense Michel Tremblay y la obra es un magistral homenaje a la memoria de su madre. Utilizar un escenario para contar todo aquello que no le dijo en vida podría resultar un “pastelón” de no ser por el talento del autor que fabrica un texto lleno de aciertos. La dirección de Manuel Gonzalez Gil y la interpretación de la pareja protagonista redondean una obra excelente.

Miguel Ángel Solá sale a escena en vaqueros y camisa azul que no se cambiará en toda la representación y se dirige a “la cuarta pared” como recurso narrativo enganchando al espectador desde el primer momento; salvo un buen texto, no necesita nada especial, es así de enorme. Puede hacernos creer que tiene once años, catorce, veinte… si se lo propusiera sería capaz de interpretar a Tarzán, Jane y la mona Chita y hacer perfectamente creíbles a los tres. Blanca Oteiza es esa madre a veces histérica, otras dulce, que encierra todas las madres en una. La madre amiga, compañera, cómplice y referente, como relación claramente edípica del autor. Su Nana es un bombón de papel, y ella, un marrón glacé de la escena.

La obra tiene todos los ingredientes para durar varios años como ya sucedió con “Adán y Eva”.

Gracias "por el inmenso placer de volver a veros”

Thursday, November 18, 2010

El Alcalde de Zalamea

El Alcalde de Zalamea de Calderón de la Barca, es una de las obras más conocidas y representadas del Siglo de Oro de la literatura española. Cuenta la historia de Don Álvaro de Ataide, un noble alojado en la casa del labrador rico de la localidad, Pedro Crespo, a cuya hermosa hija Isabel roba y ultraja. Frente a los caprichos de un capitán y el abuso de poder surge la dignidad de un hombre que se convierte en la voz del pueblo para sentenciar al capitán a la pena de muerte. El conflicto toma tal cariz que es el mismo rey Felipe II quien de paso hacia Portugal decide impartir justicia absolviendo a Pedro Crespo y nombrándole Alcalde a perpetuidad.

Calderón de la Barca escribió El Alcalde de Zalamea basándose en hechos reales, reflejando las disputas entre el pueblo llano y la nobleza y criticando a la soldadesca que gozaba de ciertos privilegios. Gracias a nuestros clásicos del Siglo de Oro sabemos muchas cosas sobre como vivían, sentían, y amaban nuestros antepasados y la importancia que daban al honor; entenderlos en su contexto requiere un ejercicio de abstracción para atravesar el túnel del tiempo y plantarnos en el siglo XVII cuando Calderón escribió la obra, pero merece la pena.

El honor tal como se entendía en el Siglo de Oro no tiene cabida hoy en día. Por fortuna, gracias al proceso de evolución en los derechos de la mujer parece impensable que un padre humillado y dolido por el rapto y violación de su hija tenga el más mínimo interés en desposarla con el mismo hombre que la mancilló, tampoco lo tendría ella. Sin embargo, la hipocresía y los convencionalismos sociales, junto a las ofensas al honor mal entendidas, han permitido que estas situaciones se hayan dado hasta mediados del siglo XX.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico, que sigue en el Teatro Pavón de manera provisional y dirige Eduardo Vasco, representa la obra. Salvo la escenografía un tanto parca y la música que a veces no deja escuchar el texto, está muy bien dirigida e interpretada. Destacan la gran presencia de Joaquín Notario y su poderosa voz, José Luis Santos en un Don Lope de Figueroa muy creíble y Pepa Pedroche, magnifica como siempre.

Recuerda que el teatro es un reflejo de la mentira de nuestras vidas, por eso es tan auténtico.

Wednesday, November 17, 2010

La mejor película española de la historia


El mejor homenaje que podemos hacer a la memoria de Berlanga consiste en ver o volver a ver El Verdugo. Para mi, y con diferencia, la mejor película española de todos los tiempos. Como suele pasar con las obras maestras la revisión resulta enriquecedora; no ha perdido vigencia después de 47 años.

Corren los años sesenta. El régimen franquista sigue ejecutando personas. Vivimos en la España negra de sotanas, chorchis, funcionarios y tranvías. Un verdugo se jubila, pero necesita para conseguir un piso, que su yerno le sustituya en el cargo. El yerno que no está hecho para semejante labor, trata de escurrir el bulto pero su destino está marcado: tendrá que cumplir con su "trabajo".
Puro esperpento repleto de gags geniales donde Berlanga y Azcona se burlan del régimen y de una censura idiota que entendía muy pocas cosas. ¿Como pudieron colarle esta película? Se trata de uno de los mejores alegatos contra la pena de muerte que se han llevado al cine y de una crítica social y política muy dura. ¿Era una sociedad más simple entonces o somos más tontos ahora? La película es de obligada visión para jóvenes e hipotecados porque muestra como la gente es capaz de trabajar y hacer las cosas más indignas del mundo en el ámbito laboral a fin de poder adquirir una vivienda digna.

Un verdugo puede ser un ser humano si lo encarna Pepe Isbert, un actor que no creo exagerar si digo que estaba a la altura de James Cagney, Edward G. Robinson, o los europeos Aldo Fabrizzi, Paolo Stoppa, Michel Simon o Jean Gabin. "Yo creo que todos los hombres deberían morir en su cama" dice el pobre José Luis -grande Nino Manfredi- convencido de lo que dice pero sin capacidad para convencer a nadie para su desgracia. Emma Penella, con una carnalidad más propia del neorrealismo italiano está genial en su papel de hija y mujer de verdugos.
Como en la buena música, en un buen cuadro o en un gran libro, la película tiene varias lecturas y todas buenas. En el guión, la dirección y la interpretación.

Hasta siempre Maestros.

Monday, November 08, 2010

Bye Bye Rios


"Que demasiao, todos los carrozas nos hemos juntao". No era para menos, después de cincuenta años actuando, se despedía de los escenarios Miguel Ríos, otro granadino universal.
El Palacio de los Deportes de Madrid se llenó para escuchar a Miguel cantar a los hijos y a los nietos del Rock & Roll.

Permitidme unos gramos de nostalgia para hablar de "Las mañanas del Price": durante el invierno de 1963-64 -solo nos dejaron ese invierno- unos setecientos u ochocientos jóvenes nos reuníamos los domingos por la mañana en el antiguo Circo Price de La plaza del Rey para escuchar música. Eran los inicios del Rock en España y a la dictadura de Franco no le parecía bien que la juventud cantara y se divirtiera; a la salida nos esperaban los” grises" para dejarnos unos cuantos cardenales en el cuerpo. En ese invierno inolvidable aparecieron grupos españoles como Los Sonors, Los Mustang, Los Pekeniques, Los relámpagos, Los Brincos y también un Mike Ríos que ya se manejaba muy bien en directo. La mayoría cantaba en inglés -o lo intentaba- y todos sabíamos ya quiénes eran Elvis, Chuck Berry y Little Richard gracias al inolvidable locutor Ángel Álvarez y su "Vuelo 605" sobre quién Miguel Ríos escribió: «su voz era tan sugerente y tan extraterrestre su forma de decir Bob Dylan, Johnny and the Hurricanes, the Everly Brothers que quedé fascinado con el poder hipnótico de su susurro».
Ahora a los 66, quizá en recuerdo de la mítica route 66 como buen rockero, Miguel ha decidido despedirse a lo grande acompañado de muy buenos músicos y de artistas amigos suyos como Amaral, Ana Belén y Rosendo que nos hizo cantar a todos sus "maneras de vivir".
 El Río, Himno a la Alegría, Santa Lucia, el Blues del Autobús, Un caballo llamado muerte, Vuelvo a Granada... Miguel nos ha dejado muchos temas buenos y algún temazo como el que canta en su despedida:

Bye Bye Ríos

Saturday, November 06, 2010

Mario Bunge...basurear y florear, ningunear y algunear

 Mario Bunge es el más importante e internacionalmente reconocido filósofo hispanoamericano del siglo XX. Físico y filósofo de saberes enciclopédicos y permanentemente comprometido con los valores del laicismo republicano, el socialismo democrático y los derechos humanos, son memorables sus devastadoras críticas de las pretensiones pseudocientíficas de la teoría económica neoclásica ortodoxa y del psicoanálisis “charlacanista”.
Estos son algunos de sus interpretaciones sobre neologismos que me han parecido interesantes compartir:

El basureo es un aspecto de la competencia. Nos aventaja mostrar que nuestro competidor es menos competente, honesto, lindo, etc., que nosotros. El basureo ha servido al colonialismo y al racismo: es más fácil esclavizar a seres declarados inferiores.

Basureamos justificadamente cuando probamos que el objeto de nuestro desprecio ha sido elogiado por virtudes que no tiene. El basureo es injusto cuando consiste en negar virtudes auténticas. Y es cruel cuando la víctima es una persona inofensiva.

Obsérvese la diferencia entre ningunear y anonadar o liquidar. Ningunear es fingir que una persona no existe. Esto es lo que hacen los plagiarios y los autores que olvidan deliberadamente a colegas que les precedieron.

Por supuesto, no es necesario escribir para ningunear. Ningunea quien, cuando se menciona méritos de otra persona, pregunta despectivamente: “¿A quién le ganó ése(a)?” La idea subyacente es que todos corremos carreras, y que sólo valen quienes las ganan, independientemente de los medios de que se valieron.

En cambio, anonada o liquida a una persona quien la mata o borra señas de su existencia, tales como fotografías. Los muchachos de Stalin practicaban el arte de liquidar, tanto física como fotográficamente. Por ejemplo, retocaban fotografías en las que aparecía junto al Gran Jefe un difunto que lo había fastidiado, y de un saque lo extraían de la historia.

El ninguneo se practica en todas las escalas, desde el individuo hasta pueblos o períodos históricos. Por ejemplo, un mandatario azteca hizo quemar todos los documentos de los Mexicas, para que los vencidos perdieran su auto-estima y con ello su esperanza de recuperar su independencia.

En los regímenes totalitarios se ningunea al individuo al par que se florea al Estado o al partido dominante y su cabeza. Una de las consignas más populares del régimen nazi fue Du bist nichts, Dein Volk ist alles: Tú no eres nadie, tu pueblo lo es todo. Y el Mariscal Goering declaró una vez que la Revolución Francesa de 1789 no había ocurrido.

Un proverbio inglés dice Where everybody is somebody, nobody is anybody. (Allí donde todo el mundo es alguien, nadie es algo.) Este proverbio es una crítica a la mediocracia, el régimen en el que mandan mediocres.

No hay que basurear a los mediocres, porque se puede ser mediocre en un aspecto y sobresalir en otro. Ejemplo: el profesor que, aunque no es original, sabe enseñar. Otro: el gerente o funcionario que, aunque no se destaca por sus conocimientos técnicos, sabe organizar, arbitrar, motivar o elegir.

Algunear es muchísimo más difícil que ningunear: exige procrear, educar, ayudar de manera decisiva a vivir, o armar una campaña para que se crea que una persona tiene méritos de los que carece.

El buen alguneador ayuda a crecer: es un mentor o padrino. Los artesanos y los científicos no crecen espontáneamante, sino que se forman como aprendices de maestros avezados. Son ayudados a crecer por alguneadores de pro.

A los tiranos de oficina les gusta conceder ascensos inmerecidos.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando un funcionario universitario nombra a dos docentes sin antecedentes usando el presupuesto que tiene para nombrar a un profesor con credenciales. Este tiranuelo pone en práctica lo que llamo ‘aritmética decanal’, en la que 0+0 = 1. ¡Flor de alguneo! (¿Le gusta este ejemplo de ninguneo?)

El alguneador de mala fe transforma a enanos reales en gigantes aparentes. Esta es tarea de empresas de publicidad comercial o política. Un ejemplo reciente es la súbita transformación del hijo menor del dictador norcoreano en general de alta graduación y heredero del trono.

El alguneo desmesurado se practicaba en la Antigua Roma cada vez que se decretaba que el emperador era divino. Y lo viene haciendo la empresa Michelin con sus muñecos antropomórficos llenos de aire.

¿Å quién le ganaste, fantoche Michelin? ¡Sin ton ni son, qué grande soy!

Friday, November 05, 2010

Un rey en la selva de las letras


Rudyard Kipling (1865-1936) premio Nobel de literatura en 1907 y autor de El Libro de la Selva, escribió deliciosos cuentos sobre animales; a mí me encanta El pequeño Elefante.

La escena de aquí arriba ocurrió hace unos días en El Parque Kruger de Sudáfrica, por fortuna, la manada de elefantes acudió rauda a pisotear al cocodrilo y salvar a su pequeño. La realidad, como casi siempre, supera a la ficción, aunque a veces, como en el cuento, tarde cien años.
Kipling, autor especialmente original y creativo, se apoya en la inocente trama de querer explicar cómo los elefantes obtuvieron su larga y útil trompa, que antes tenían pequeña y encogida. El cuento ya comienza en sí despertando la curiosidad del pequeño lector, quien se sentirá entusiasmado ante la necesidad de conocer las causas de tal metamorfosis. Y es que la curiosidad es la más sana de las necesidades a saciar en la infancia, y también una de las más complejas.

Insaciable es también la curiosidad del pequeño elefante protagonista del relato, que quiere saber qué comían los cocodrilos, y cada vez que lo pregunta, sus familiares -un despliegue de la fauna selvática- le propinan una paliza, a lo cual él ya está acostumbrado y lo acepta “un poco caliente pero nada atónito”. Por recomendación del pájaro Kolokolo, el paquidermo -tremendamente educado- viaja hasta donde viven los cocodrilos para preguntarles directamente a ellos qué comen. Tras el viaje y ante la presencia de una serpiente pitón bicolor se entrevista con el cocodrilo en el río Limpopo, y este le coge de la trompa. El pequeño elefante, que consigue escapar con ayuda del reptil, se queda muy triste con el nuevo aspecto de su trompa, así que la pone a remojo un par de días para que le encoja. Al ver que no lo hace, la serpiente le ayuda a ver las ventajas de su nuevo aspecto: podrá comer sin agacharse o esperar a que los frutos caigan de los árboles y además ¡podrá dar unos azotes con la trompa antes de que se los den a él!

“–¿Qué te parecería que te atizaran de nuevo?- dijo la serpiente.

–Discúlpeme –dijo el pequeño elefante pero eso no me gustaría nada.

–¿Qué te parecería azotar tú a alguien? – dijo la serpiente.

–Eso me gustaría muchísimo, de hecho– dijo el pequeño elefante.

–Bien, verás que tu nueva nariz te será muy útil para azotar a los demás con ella–”.

Cuando llega, sus familiares le dicen que su trompa es fea, y él les da la razón, pero les advierte que también es muy útil y lo demuestra dando a cada uno su merecido. Finalmente todos los elefantes van a ver a los cocodrilos del lago y adquieren la forma que hoy muestran, la misma que obtuvo el pequeño elefante y nunca más nadie azotó a otro animal.
La riqueza del cuento, además de en la ternura y sensibilidad con que está narrado, reside en los destellos de humor que entraña para el adulto. La grandeza de Kipling también se percibe por la ausencia total de complicaciones en el argumento, de explicaciones vacías a favor de la concreción y la claridad del sentido de todas y cada una de sus frases.
El Pequeño Elefante es una historia, muy próxima a su famoso Libro de la Selva, que podría formar parte de la tradición oral oriental.
A Kipling como a Chesterton, como a la mayoría, hay que entenderlos en el tiempo y las circunstancias que les tocó vivir, ambos eran defensores del Imperialismo Británico, pero también dos de los más grandes escritores de todos los Tiempos

Friedrich Nietsche

El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.

Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán.

Tuesday, November 02, 2010

Marcelino Camacho (1918-2010)


"Ni nos doblaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar".

Marcelino Camacho.

 
Hasta siempre, compañero.