Friday, June 20, 2008

Gioconda Belli







En diciembre cumplirá 60 años mi admirada poeta nicaraguense -¿que es eso de poetisa?, a la mierda las feministas que petenden imponer al pueblo su lenguaje- hace treinta años que la descubrí, era una mujer espléndida, compremetida y con fuerza como para escribir cosas como esta:



RECORRIENDOTE



Quiero morder tu carne

salada y fuerte,

empezar por tus brazos hermosos

coo ramas del ceibo,

seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños

ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza

hurgando la ternura,

ese pecho que suena a tambores y vida continuada.

Quedarme allí un rato largo

enredando mis manos

en ese bosquecito de arbustos que te crece

suave y negro bajo mi piel desnuda,

seguir después hasta tu ombligo

hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,

irte besando, mordiendo,

hasta llegar allí

a ese lugarcito

-apretado y secreto-

que se alegra ante mi presencia

que se adelanta a recibirme y viene a mí

en toda su dureza de macho enardecido.

Bajar luego a tus piernas

firmes como tus convicciones guerrilleras,

esas piernas donde tu estatura se asienta,

con las que vienes a mí

con las que me sostienes,

las que enredas en la noche entre las mías

blandas y femeninas.

Besar tus pies, amor,

que tanto tienen aún que recorrer sin mí

y volver a escalarte

hasta apretar tu boca con la mía,

hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento

hasta que entres en mí

con la fuerza de la marea

y me invadas con tu ir y venir

de mar furioso

y quedemos los dos tendidos y sudados

en la arena de las sábanas





Saturday, June 14, 2008

Constantino Kavafis 1863-1933


Itaca
Si vas a emprender el viaje hacia Itaca
pide que tu camino sea largo y rico en aventuras y experiencias.
A lestrigones, cíclopes o fiero Poseidón, nunca temas.

No hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
Nunca a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al fiero Poseidón encontrarás
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo,
que numerosas sean las mañanas
de verano en que arribes a bahías
nunca vistas, con ánimo gozoso.

Detente en los emporios de Fenicia,
adquiere hermosos artículos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
-perfumes deliciosos y diversos-
cuanto puedas invierte en voluptuosos
y delicados perfumes.

Visita muchas ciudades egipcias y aprende,
con avidez aprende de los sabios.

A Itaca tenla siempre en la memoria.
Llegar allá es tu meta,
mas no apresures el regreso.

Mejor que se dilate largos años
y, en tu vejez, arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Un hermoso viaje te dio Itaca.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas, ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no hubo engaño.
Rico en saber y en vida como has vuelto comprendes
qué significan las Itacas*.

Aquellos que son capaces de reírse de si mismos

saben de la precariedad de la vida

yo