Sunday, December 19, 2010

Cinta Rosa, Cinta Negra

Carta abierta a Marta Domínguez:


Aunque aún no hayas sido juzgada, las pruebas contra ti son abrumadoras; eres un nuevo juguete roto y, en tu caso, por voluntad propia.
Todos los aficionados al deporte corríamos contigo cuando participabas en una carrera, te empujábamos y nos alegrábamos cuando ganabas como si fueras de nuestra familia. Pocos atletas pueden sentirse tan admirados como tú lo has sido. Eras sencillamente "una de las nuestras". Representabas la mejor expresión de lo que se puede conseguir con esfuerzo y dedicación. Todos creíamos en tí y te queríamos.
¿Que derecho tienes a matar nuestras ilusiones?

Los valores que, en nuestra ignorancia, pensábamos que poseías se han truncado por completo. Has tirado por los suelos la ya maltrecha imagen del atletismo español . Hoy sabemos que en el mundo del atletismo se te conocía como "la camella". ¿Tan alta te veías que pensabas que nunca actuarían contra ti?

Tenías grandes ingresos como deportista, como becada, como vicepresidenta de la Federación Española de Atletismo, como portadora de grandes marcas de publicidad y también como concejala. ¿No tenias bastante? Es condenable, pero se puede disculpar al atleta que se dopa para conseguir una marca, pero quien negocia con la droga para lucrarse sin tener problemas económicos, como es tu caso, no tiene la menor disculpa, ni siquiera  te importó manchar la cinta rosa que te regaló tu abuela, ahora es una cinta negra.
En un país donde la mitad de sus ciudadanos tienen problemas para llegar a fin de mes, un comportamiento como el tuyo es sencillamente indigno. Te ha perdido la codicia, querías más...

A tus vecinos parece que les es indiferente lo que hayas hecho; ya te han perdonado, como anteriormente hicieron otros con Julián Muñoz y La Pantoja; este país es así. Es la España cainita, siempre dispuesta a perdonar o a condenar. Yo, como seguidor del deporte, no puedo perdonarte. No nos has respetado y no te mereces que lo hagamos contigo los que disfrutamos el año pasado en la final de los 3.000 obstáculos.

Cómete tu medalla que parece ser lo único que te importa: el vil metal.





Tuesday, December 14, 2010

RUFUFÚ


I soliti ignoti (1958), aquí se llamó Rufufú. Cómprala, alquílala, bájatela de Internet o pídela prestada, es igual, si te gusta el cine y LA COMEDIA A LA ITALIANA con mayúsculas, si te quieres reir con la mejor generación de comediantes italianos, tienes que verla. Después sabrás que el cine era ésto.

Mario Monicelli ha muerto. Se tiró por la ventana de la habitación del hospital de Roma donde estaba internado por un cáncer. Tenía 95 años e hizo lo mismo que había hecho su padre un monton de años antes. Cuando ya nada tiene remedio y quieren mantenerte con calmantes, lo mejor es buscarte un piso bien alto, aunque sólo sea para continuar con las buenas costumbres familiares. Lo cantaba  Krahe, a la búsqueda del Yeti en el EverestChomolungma que como se sabe es lo mismo "cuando todo da lo mismo por qué no hacer alpinismo". Los demás lo mejor que podemos hacer es volver a ver su obra maestra Rufufú, la historia de un atraco servido por la banda más inepta y divertida del cine, una sucesión de escenas desternillantes -incluso destornillantes- a cargo de, entre otros, Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman, Renato Salvatore, Memmo Carotenuto, Totó, genial impartiendo clases sobre como reventar una "comadre" (caja fuerte), en pijama


el inolvidable Carlo Pisacane en el papel del anciano Campanele, capáz de hacer cualquier cosa con tal de no trabajar, Tiberio Murgia, hermano mayor y defensor del honor de una guapisima Claudia Cardinale con 20 años, como corresponde a una "famiglia" calabrese. Todos juntos para perpetrar un gran robo: una fuente de garbanzos con judias.

 El final está a la altura del mejor Billy Wilder. Peppe (Vittorio Gassman), se encuentra a las puertas de una fábrica en el momento de la entrada al trabajo y es empujado por la multitud hacia el interior, cuando pretende reaccionar, las puertas se cierran. Con cara de susto, ve como el viejo Campanele se aleja no sin antes soltarle la frase que define a todo el grupo  "¡Peppe, no seas loco, que te van a hacer trabajar...!"

Sunday, December 05, 2010

Milo Manara en Madrid


El incombustible y gran maestro del comic erótico Milo Manara (Bolzano, 1945), seducido por el diseño de la empresa española Nekko Design http://www.nekko.es/, proporciona un gran salto a sus personajes desde el papel a soportes como los paneles de luz con tecnología LED, el aluminio, la tela, sillas BöLL, biombos, mesas, paneles de pared, etc.

Todo se puede ver en una exposición de gran originalidad abierta al público en Clorofila Digital (c/ Téllez, 17, Madrid). Cada rincón de la sala está marcado por las curvas de sus voluptuosas mujeres ausentes de pudor y en tamaño natural. El hecho de mostrar indias semidesnudas, sirenas y mujeres con gestos de placer en un salón o en un comedor muestra la intención de Manara de presentar el erotismo sin sentimiento de culpa "El erotismo es la energía vital, la fuerza que hace seguir adelante al mundo". Si lo dice Manara... Nunca ha dibujado a una pareja manteniendo relaciones sexuales y considera la utilización del cuerpo femenino en la publicidad como algo humillante. No es extraño que tenga la estima de las feministas italianas, que sienten adoración por un artista que siempre respetó el cuerpo de la mujer.

Transgresor y activista en el mayo del 68 parisino, ya no emplea el erotismo como arma ideológica, sabe que cuarenta años más tarde han cambiado muchas cosas, aunque siga siendo un hombre comprometido y preocupado por la pobreza intelectual de su país, donde reina a sus anchas un personaje como Berlusconi por quien no oculta su antipatía.

El autor de El Clic y El Gaucho lleva cincuenta años dibujando ninfas que pasean su desnudez, dejando que lo sugerente se imponga a lo explícito.

Manara continua a la búsqueda del secreto de la mujer, algo que ningún hombre ha conseguido descubrir, es más, quizá no habría porque hacerlo.