Friday, May 07, 2010

Neologismos


El nuevo lenguaje con el que se expresan los jóvenes bien en el chateo o en el semeseo (vaya, creo que acabo de inventar un neologismo) es un proceso lógico de la lengua que, como materia viva que es, siempre está en evolución. Este reduccionismo en el lenguaje puede gustar o no pero es imparable; sin embargo, lo que realmente enriquece la lengua son los neologismos. La neología es una parte de la lingüística que se encarga de estudiar palabras nuevas o giros lexicales novedosos. Para la lengua castellana el centro más importante es el Instituto de Lingüística Aplicada (IULA) de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
En la primera mitad del siglo XX se consideraba de buen gusto utilizar galicismos que con el tiempo se fueron incorporando a nuestro idioma (mesón, chalet, corsé etc.,). En la actualidad, son tomados del ingles; no es casual que la mayoría provengan de Latino América y más concretamente de países cercanos a los EE.UU. Pero tampoco necesitamos recurrir a otras lenguas para inventar palabras que nos sirvan; nuestro idioma es tan rico que en cada país donde se habla español tienen siempre algo que aportar: ningunear (Méjico), chancleta (R. Dominicana), blandengue (Argentina), botarate (Panamá), canillas (Costa Rica), cédula (Bolivia), huevón (Chile), mambo (Cuba), chévere (Venezuela), etc.
Larga vida a nuestro idioma que se sigue enriqueciendo con neologismos eficaces y pertinentes como éste que es uno de los más bonitos, nació en Madrid -no se porqué pero me recuerda a Catherine Zeta-Jones- y se extenderá rapidamente por el mundo hispánico: MACIZORRA.

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