Saturday, May 01, 2010

Chicago, el musical


Declararse amor cantando a la manera de los musicales antiguos no resistió el paso del tiempo. La irrupción de Bob Fosse que redescubrió el musical con Cabaret, supuso un balón de oxigeno muy necesario para el género. Mejoró los números de claqué, utilizó las luces y las sombras como nunca antes se habían hecho en un escenario y creó nuevos pasos y movimientos para el blues y el jazz de una extraordinaria elegancia.
Chicago es un auténtico musical de Broadway sobre gángsters, amores, abogados y sobornos que ha sido visto por más de 17 millones de espectadores en todo el mundo. El espíritu de Bob Fosse planea sobre un escenario donde los músicos no están escondidos sino que forman parte de la escenografía y participan en el espectáculo. Los temas musicales de John Kander no desmerecen a los que ya hiciera para Cabaret y no es de extrañar el enorme éxito que conquistó también en el cine.
Hace once años Angels Gonyalons y una deliciosa Mar Regueras representaron en el Nuevo Apolo de Madrid a Velma Kelly y Roxy Hart muy dignamente; hoy, en el centenario de La Gran Vía de Madrid reluce como nadie muy por encima de todos Natalia Millán en el musical Chicago ( Teatro Coliseum) que no tiene nada que envidiar al de Nueva York, si acaso, en Broadway tienen cinco o seis músicos más, pero en Madrid están muy bien todos los que están.
Hay que agradecer a Stage Entertainment el esfuerzo que lleva haciendo durante los últimos diez años para poner a La Gran Vía a la altura del West End londinense y del Broadway neoyorquino; hoy, ocupan un tercer lugar en el mundo del espectáculo y, en ocasiones salen favorecidos en la comparación.
No puedo resistirme a incluir uno de los números de la película, la excepcional interpretación de Queen Latifah que le valió el premio del Sindicato de Actores y la nominación al Oscar como actriz de reparto. Que lo disfrutéis tanto como yo.

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