Pocas obras del Siglo de Oro español han suscitado tanta polémica como El condenado por desconfiado . Los tiempos cambian, y lo religioso que era tema habitual en la España del XVII, ha pasado a ser un lastre en la actualidad. Obra dura, incómoda y crítica, no es extraño que, como dice su director de montaje Carlos Aladro, Tirso de Molina (fraile al fin) no quisiera aceptar su autoría. Comedia religiosa en plena crisis del catolicismo que plantea problemas teológicos propios del Barroco pero con preguntas de plena actualidad. ¿A Dios rogando y con el mazo dando?
La versión que se presenta en el Pavón, ha exigido un intenso trabajo en común de Aladro y Yolanda Pallin, pero el esfuerzo tiene su recompensa con el reconocimiento del público. Asistir a una representación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico es un lujo al alcance de todos y un privilegio para los amantes del teatro. Todo está cuidado con esmero y talento y con una escenografía digna de resaltar. Elisa Sanz hace un trabajo excepcional con la composición de cuadros de Goya que le han servido "como referente pictórico aunque no histórico". Parece que algunas imágenes nos acompañaran siempre. Entre las que se adivinan como fogonazos, está el espectro de las dos Españas que también reflejara Goya en la serie negra con el cuadro Duelo a garrotazos.
Los tres grandes del Siglo de Oro, Lope, Calderón y Tirso, aún tienen mucho que decir; no dejes de asistir a la representación de sus obras para entender mejor nuestra historia y las emociones humanas.
La obra comienza su andadura por Mérida, Almagro, Alcalá de Henares, etc. Como todo lo que acomete la CNTC seguro que le acompañará el éxito.
Recuerda que el teatro es vida y la vida es puro teatro.
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