Thursday, November 25, 2010

Por el placer de volver a verla


Si Broadway hablara español los luminosos con los nombres de Miguel Ángel Solá y Blanca Oteiza serían del tamaño XXL. Por suerte para nosotros la obra se representa en el teatro Amaya de Madrid después de haber recorrido con éxito gran parte del territorio nacional.

El autor de “Por el placer de volver a verla” es el canadiense Michel Tremblay y la obra es un magistral homenaje a la memoria de su madre. Utilizar un escenario para contar todo aquello que no le dijo en vida podría resultar un “pastelón” de no ser por el talento del autor que fabrica un texto lleno de aciertos. La dirección de Manuel Gonzalez Gil y la interpretación de la pareja protagonista redondean una obra excelente.

Miguel Ángel Solá sale a escena en vaqueros y camisa azul que no se cambiará en toda la representación y se dirige a “la cuarta pared” como recurso narrativo enganchando al espectador desde el primer momento; salvo un buen texto, no necesita nada especial, es así de enorme. Puede hacernos creer que tiene once años, catorce, veinte… si se lo propusiera sería capaz de interpretar a Tarzán, Jane y la mona Chita y hacer perfectamente creíbles a los tres. Blanca Oteiza es esa madre a veces histérica, otras dulce, que encierra todas las madres en una. La madre amiga, compañera, cómplice y referente, como relación claramente edípica del autor. Su Nana es un bombón de papel, y ella, un marrón glacé de la escena.

La obra tiene todos los ingredientes para durar varios años como ya sucedió con “Adán y Eva”.

Gracias "por el inmenso placer de volver a veros”

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