La aviación de entonces tenía sus riegos, algo impensable hoy en día con los niveles de seguridad que ha adquirido. Los que aún podemos contarlo sabemos que vivimos la mejor etapa de nuestra profesión -auxiliar de vuelo- que yo sitúo entre las décadas 1970-90. No se trata de mitificar nada pero pocas profesiones podían brindar lo que nos proporcionaba la nuestra a jóvenes, la mayoría de baja extracción social, que a veces pasábamos en un mes por tres ciudades como Río de Janeiro, Montreal y Johannesburgo, quedándonos hasta una semana en cada una de ellas. Cuando volábamos a EEUU no faltaban nunca "las peticiones del oyente" de familiares, amigos y conocidos como los Rolex, las Rayband o los famosos pañales para bebé que tardaron varios años más en llegar a nuestro país. Vivíamos con mucha intensidad, los matrimonios, los divorcios, las parejas de hecho y de deshecho estaban a la orden del día. Entonces, no sé ahora, nuestra profesión estaba entre las tres de mayor riesgo en cuanto a estabilidad emocional, las otras dos eran, pienso que siguen siendo, la de actores y la de médicos.
Aquí está toda mi promoción, yo soy el del traje claro en el centro. Fue bonito mientras duró.
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