Pocos paises pueden presumir como el nuestro de tener tantas obras clásicas donde elegir. Si exceptuamos las obras de santos pasadas de moda hoy en día, se calcula que podríamos seleccionar más de mil del Siglo de Oro perfectamente representables ¿Quien puede ofrecer tanto?
Con La moza del cántaro (Teatro Pavon, Madrid) se estrena la segunda promoción de la Joven Compañia Nacional de Teatro Clásico, el proyecto que pretende ser la cantera de interprétes de la CNTC. De aquí saldrán los Messi y Ronaldos para gloria de nuestros escenarios; de momento pinta muy bien.
La obra plantea el conflicto de una dama noble obligada a vengar una afrenta que recibe su anciano padre. Escondida y cambiada, esta mujer se convertirá así en moza de cántaro, personaje típico del siglo XVII que sirve a Lope para escribir una de sus más celebradas comedias. La humilde trabajadora la interpreta genialmente la jovencísima actriz Mamen Camacho, con un encanto que atrae al público entre sonrisas, burlas, coquetería y seducción. Lope cuida, mima, ama a las mujeres y siempre las deja en muy buen lugar. Entre los enredos, el amor y los tradicionales engaños transcurre la obra cuya versión de Perez Sierra pierde el hilo durante muy breves momentos para recuperarlo presto con el poderoso verso de Lope.
Aprended flores de mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui,
y hoy sombra mia no soy.
El director Eduardo Vasco hace un montaje atrevido permitiendo que los jóvenes se vayan soltando bajo su dirección. Los catorce hacen un gran trabajo destacando Mamen Camacho, Georgina de Yebra y Julio Hidalgo. Poco se puede comentar de la escenografía puesto que no existe pero si del vestuario de Lorenzo Caprile muy vistoso y elegante.
Conocer a los clásicos no sólo nos ilustra sobre nuestro pasado sino que también sirve para interpretar mejor el presente (El libro gordo de Pedrete).
Recuerda que el teatro es mentira, pero no mucho más que la vida; por eso casan tan bien.
No comments:
Post a Comment