Thursday, October 08, 2009

Descartes y Pascal


Sólo una vez se encontraron Descartes y Pascal, los dos filósofos más importantes de su siglo: fue el 24 de septiembre de 1647, en el convento parisino de Los Mínimos, y su entrevista duró varias horas. Ninguno de los dos escribió sobre lo que hablaron, y eso permite al dramaturgo Jean-Claude Brisville imaginar el encuentro de dos experiencias vitales y de dos pensamientos filosóficos. El encuentro escenifica ese enfrentamiento de dos personalidades y de dos vidas fascinantes que, por distintos motivos, siguen perteneciendo a nuestro tiempo.
Cuando se produce ese encuentro de las dos mayores figuras del pensamiento del siglo XVII, Descartes tiene 51 años y ya ha escrito su obra maestra, El discurso del método, texto revolucionario en la filosofía occidental que une moral y lógica, y tiene en gestación en su mente el Tratado de las pasiones del alma, concluido en 1649, pocos meses antes de su muerte, en el que une moral y psicología. Pascal, en cambio, es un joven de 24 años, al que ya se considera un genio por varios inventos científicos que ha ideado, entre ellos una máquina aritmética antecedente de los actuales ordenadores; en ese momento, Pascal está inmerso en una profunda crisis existencial que, con la fe del converso, se preocupa más de reformar a los demás que de reformarse.

Esta es la sinopsis que ofrecen en el teatro y luego está la opinión que damos los aficionados:

En el siglo XVII nadie cuestionaba la existencia divina, hacerlo suponía poner en peligro la propia vida. Los debates giraban en torno a la manera de interpretar la fe; la búsqueda de explicaciones mediante la filosofía llevaba al hombre a situaciones tan dispares como las que plantea la obra. La teología fundamentalista de Pascal o el razonado distanciamiento de Descartes. De ahí la actualidad de la obra, 350 años más tarde, la humanidad sigue debatiéndose entre creacionismo y ciencia.
Reconociendo el valor del texto y la gran actuación de Flotats, esperaba mucho más de esta obra, es corta (75 min), y a pesar del gran éxito que está cosechando y los aplausos al final, a mi, me dejó frío.
Pero, esto no es óbice para seguir asistiendo temporalmente al teatro. Recuerda que en el teatro se escenifica la vida y que la vida......es puro teatro.








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