A mí este tío me tiene fundidos los plomos, no entiendo su éxito pero a la vez me parece un tipo admirable. Évole es la mayor demostración de que el medio no es el mensaje. El personaje carece de la estética al uso del entrevistador triunfador tipo Gabilondo o el gran David Frost con anterioridad. Para mi abuela habría tenido pinta de "desastrao", tutea en exceso, dice ¡ostías! cada dos por tres, es un toca pelotas, un metomentodo, una mosca cojonera, a veces parece un elefante en una cacharrería, no pinta nada en un mundo en el que si careces de fashion no te comes ni una rosca, en resumen, no tiene nada "bonito", ni la voz, ni la ropa más cercana a un antisistema, hasta el apelativo que se ha buscado para su programa es feo "El Follonero" (la Sexta, domingos 22,30) y sin embargo, es un crack; sin duda ahí reside su éxito.
No deja de sorprenderme que le reciban los personajes más populares del país, Puyol, Rubalcaba, Rajoy, algunos comprometidos con la justicia como Jauma Matas, otros con su pasado y presente como Felipe González; a sabiendas de lo incómodas que pueden ser sus preguntas todos se sienten agradecidos. Al final, el tío consigue ablandar al interlocutor y te saca una entrevista de 10. Polémico y provocador, antes o después termina haciendo la pregunta que quiere oír el espectador y que otros periodistas más políticamente correctos jamás harían. Como dice Victor-M. Amela es un peligrosísimo periodista, pero hace el mejor periodismo que se puede ver hoy en televisión.
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