Y llegan los noventa y con ellos, el Sr. Aznar decide privatizar otra empresa pública rentable “otorgándola” a su amigo Villalonga. El Partido Popular se deshace de la participación del Estado en Telefónica en dos OPV (Oferta Pública de Valores) en 1995 y 1997. Es el comienzo de la globalización que, a estas alturas, ya sabemos que no favorece precisamente a los que menos tienen.
Hoy han firmado un ERE que, gracias a la presión social, va a pagar quien tiene que hacerlo: Telefónica.
Aún así, es inmoral que, en un país con casi 5 millones de parados, el gobieno autorice que una empresa con beneficios pueda seguir destruyendo empleo, en lugar de legislar para que estas empresas sean el motor que genere empleo estable, seguro y de calidad.
10.000 millones de beneficios no han frenado el ERE. La primera empresa en beneficios del Estado Español ha presentado un expediente de regulación de empleo que supondrá una reducción de 6.500 puestos de trabajo; al mismo tiempo, aprobó un millonario plan de incentivos para sus directivos que se reparten 450 millones de euros.
Tenemos la banda ancha más cara de Europa. Telefónica va muy bien ... para sus directivos.
¿Esto se puede consentir?
Urge una reforma de la legislación que impida a las empresas con beneficios la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo. Una parte de los beneficios de las grandes empresas debería ir a las arcas del Estado.
El Sr. Alierta, el directivo que más gana de Europa, y su camarilla, pretendía que el ERE lo pagaramos nosotros y que además le diéramos las gracias. ¡Ya está bien!
telefónica nunca me dio las vueltas en sus cabinas, lo cual me dio que pensar, que el robo estaba legalizado.
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