Felicidades a toda la afición atlética que llevaba mucho tiempo esperando un triunfo así. Cuarenta y ocho años hasta volver a ganar una copa en Europa, es demasiado tiempo para un equipo grande como es el Atlético de Madrid.
¿Que hacia un madridista como yo en el Hamburgo Arena?. Lo viví junto a mi yerno, mi nieto que juega en el Son Caliú de extremo derecho y que lleva marcados un tercio de los goles del equipo, y de Romano, su entrenador, un uruguayo que se emocionó cuando marcó Forlan como si lo hubiera hecho con la selección charrúa. Todos fuimos atléticos por una noche y nos abrazamos con los seguidores cuando marcaba el U-RU-GUA-YO.
No es de extrañar que el título haya supuesto una alegría tan grande que algunos lo han vivido como decía el hijo de Julio Iglesias como "...Casi una experiencia religiosa". Así, el príncipe ha hecho parte del camino de Santiago para ofrecerlo al Apóstol, Gallardón a la diosa Cibeles, el presidente y la afición al dios Neptuno, Esperanza Aguirre a la Virgen de la Almudena, Gil Marín a la virgen de la Paloma y de paso a ver si quedaba algún terrenillo susceptible de reconvertir en urbanizable, incluso la virgen embarazada -vaya oxímoron- de Montevideo ha visto su capilla abarrotada de flores.
La única nota desagradable la dieron los alemanes del norte a los que no les gustan los extranjeros ni siquiera los que van a dejarse sus buenos dineros; recibimos un trato horrible a pesar de que no hubo actos violentos, todo fue camaradería incluso con los aficionados ingleses.
CAMPEONES, EL SUEÑO CONTINUA, QUE LAS FUERZAS OS ACOMPAÑEN
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