Casquería a granel, salsa de tomate por un tubo, todo es poco para el nuevo Big Mac de la factoría Tarantino. lo suyo no es el coctel ni la haute cuisine sino el botellón y el bocata de calamares. Un totus revolutum donde se divierte homenajeando a a quien le place para gusto de cinéfilos. Aldrich (Doce del Patíbulo), Lubitsch (Ninochka), Chaplin (El gran Dictador) , John Wayne (El Álamo), Ettore Scola (Splendor), Tornatore (Cinema paradiso), Sergio Leone y, como no, música de Ennio Morricone (Por un puñado de Dólares), en el cine de Tarantino caben muchas películas, estas son algunas de las que pude apreciar viendo Gloriosos Bastardos, pero sin duda hay muchas más, aunque puestos a homenajear podría haberlo hecho con un "Güebels" muy superior al suyo, el de Fernando Trueba en La niña de tus ojos.
En su libérrima interpretación de la historia, Tarantino nos cuenta en forma de spaghetti-western algo que podría haber cambiado el curso de la II Guerra Mundial y por tanto de la historia en caso de haberse producido. Con un buen guión y su manera de rodar como los clásicos, la película se sigue con interés aunque a veces roce el esperpento como en la escena donde Brad Pitt imita al Marlon Brando de El Padrino para hacer creer a los nazis que él es italiano, sin duda es una licencia del director a la estrella que, aunque no salga bien parada, no va a afectar a su carrera.
Con todo, la gran sorpresa de la película es la actuación de un actor desconocido hasta ahora, Cristoph Waltz y que sin duda sonará para los oscar. Consiguió el papel porque en Hollywood no hay nadie que hable italiano, francés, alemán además del ingles. Su interpretación del coronel nazi caza-judíos es lo mejor de la película.
La música merece un aparte; comienza con el tema de El Álamo que pocos jóvenes conocerán, continua introduciendo notas conocidas - a veces media docena de notas le sirven para causar el efecto deseado- y otras que no lo son, siempre jugando con el espectador para crear tensión o ilusión y remata con una tarantela, ¿Un guiño a Coppola?
La música merece un aparte; comienza con el tema de El Álamo que pocos jóvenes conocerán, continua introduciendo notas conocidas - a veces media docena de notas le sirven para causar el efecto deseado- y otras que no lo son, siempre jugando con el espectador para crear tensión o ilusión y remata con una tarantela, ¿Un guiño a Coppola?
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