La 2 ª de RTVE ha emitido durante dos días un reportaje especial sobre el mejor restaurante del mundo durante cinco años consecutivos: El Bulli (pronunciar la elle), el documental es un verdadero regusto para la vista y el oido y, con un poco de imaginación, para los demás sentidos. Después de tres horas de emisión llegas a comprendes no solo la posición que ocupa El Bulli sino el genio de quien ha hecho todo esto posible. Ferrán comenzó a fraguar su creatividad en los talleres de un amigo, las imágenes de esta época nos lo ofrecen como una especie de profesor chiflado con el pelo afro. Pronto decide embarcarse en una empresa de más altos vuelos y monta una cocina-taller con 40 profesionales -José Andrés, Aduriz y Arola eran alumnos- durante los seis meses que cierra El Bulli en invierno.
Allí, con una imaginación desbordante mucha capacidad de trabajo y la ayuda de biólogos, nutricionistas, físicos, químicos, matemáticos, o sea, la ciencia, comienza a desarrollar su creatividad a la búsqueda de nuevos sabores, olores, texturas etc. Descubre, inventa o reinventa la deconstrución, esferificación, gelificación y experimenta nuevos tratamientos con aire, agua, celulosa, crocante, nitrógeno líquido, el frío y el calor para presentarnos platos jamás conocidos ni siquiera imaginados hasta entonces; cada uno de ellos es un mundo que lleva implícito en sus nombres: Luna, Desierto, Tierra, Nenúfares, Deshielo etc.
Cualquier reticencia sobre el personaje se olvida viendo el programa. Cuesta entender la crítica de un hombre tan culto como Santi Santamaria hacia quien ha hecho tanto por todos ellos. No es cocina de vanguardia o alta cocina, es algo más, es un genio que en diez años ha conseguido colocar a nuestro país en la cúspide culinaria del mundo con lo que eso implica a todos los niveles.
Allí, con una imaginación desbordante mucha capacidad de trabajo y la ayuda de biólogos, nutricionistas, físicos, químicos, matemáticos, o sea, la ciencia, comienza a desarrollar su creatividad a la búsqueda de nuevos sabores, olores, texturas etc. Descubre, inventa o reinventa la deconstrución, esferificación, gelificación y experimenta nuevos tratamientos con aire, agua, celulosa, crocante, nitrógeno líquido, el frío y el calor para presentarnos platos jamás conocidos ni siquiera imaginados hasta entonces; cada uno de ellos es un mundo que lleva implícito en sus nombres: Luna, Desierto, Tierra, Nenúfares, Deshielo etc.
Cualquier reticencia sobre el personaje se olvida viendo el programa. Cuesta entender la crítica de un hombre tan culto como Santi Santamaria hacia quien ha hecho tanto por todos ellos. No es cocina de vanguardia o alta cocina, es algo más, es un genio que en diez años ha conseguido colocar a nuestro país en la cúspide culinaria del mundo con lo que eso implica a todos los niveles.
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