Ciudad autónoma de Melilla, un territorio de 12,3 Km. cuadrados de soberanía española, por lo tanto parte de la Unión Europea, pero geográficamente situado en el continente africano y rodeado de territorio marroquí. La doble verja de 8,3 Km. de longitud que cerca toda la ciudad es símbolo de la gran separación entre dos mundos, el norte rico y el sur pobre.
En 1985 los bereberes residentes en Melilla se encontraron en una situación inconcebible, no pertenecían oficialmente a ningún país y los vientos que soplaban en Europa les convertía en extranjeros en su propia tierra. Tras semanas de revueltas se reconoce la ciudadanía española a aproximadamente 30.000 bereberes. Es entonces cuando comienza a levantarse una gran verja. Una verja mental, política, económica y también física.
Gracias a la existencia de la nueva frontera la economía melillense entra en un período de crecimiento brutal. Melilla es “puerto franco”, es decir, las mercancías que allí llegan no pagan impuestos y la cercanía geográfica a Marruecos, convierte a Melilla en el lugar ideal para introducir mercancías en África sin pagar los aranceles que el gobierno de Marruecos impone. Los productos asiáticos, americanos y europeos llegan en grandes contenedores y se implanta un contrabando, permitido de forma no oficial, que inunda de productos baratos todo Marruecos y otros países africanos.
Miles de marroquíes hombres y mujeres, bereberes y árabes de todo Marruecos, se han ido congregando durante años en los alrededores de la frontera, en la ciudad de Nador, para obtener las migajas del gran festín. En pocos años lo que era un pequeño pueblo fronterizo se ha tornado en una gran urbe rodeada de barrios de chabolas donde se hacinan los más pobres a la espera de cambiar sus vidas gracias a la frontera. Unos esperan la oportunidad para colarse en Melilla y luego poder pasar a Europa en los bajos de un camión o escondidos en un ferry; otros simplemente se acercan cada día a vender cigarrillos o cacahuetes a alguna de las miles de personas que por allí pululan. La mayoría se convierten en mano de obra para el contrabando. Una mano de obra muy numerosa, al parecer « invisible » para las autoridades de uno y otro lado.
En esta atmósfera se desenvuelven diariamente personajes muy diferentes unos de otros, pero con algo en común. La frontera condiciona sus vidas. El documental Cien metros más allá con guión y dirección de Juan Luis de No refleja la situación diaria de estas miles de personas sin esperanza que buscan dentro de ese magma un lugar en el sol.
No comments:
Post a Comment