Tenia interés por ver esta película porque la novela me encantó, como supongo que le pasaría a todo el mundo. Un oficial nazi es trasladado junto a su familia a un campo de concentración y su hijo pequeño, un niño de nueve años, entabla amistad con otro niño judío con la alambrada del campo de Auschwitz (?) por medio. Bruno, el hijo del oficial nazi, lo ve todo de forma inocente y a la vez, muy distinta de la realidad. La conmovedora historia de los dos niños que también sabe plasmar John Boyne en la novela no tiene continuidad en la pantalla a pesar de la gran interpretación de los críos.
Las películas sobre los nazis son un género y, como tal, tienen algunas reglas fijas que no se deben alterar. Si la dirección artística nos presenta un look más propio de la serie de tv Nikita, se carga la estética nazi y el film se resiente.
La historia merecía la pena ser contada y la película, a pesar de todo, vale la pena verla.
No comments:
Post a Comment