En
1978, en plena guerra fría, el gobierno democrático de Afganistán, país
perteneciente a la órbita soviética solicitó ayuda a la URSS para acabar con
los muyahidines, mártires de Alá que tenían la pretensión de imponer la Guerra
Santa y crear un nuevo Estado Islámico en el país.
El
Gobierno de Taraki había iniciado un programa de reformas para acabar con el
feudalismo y llevar a Afganistán al siglo XX que pasaba por eliminar la usura;
implantar una gran reforma agraria que acabara con las plantaciones de opio;
alfabetizar al país (por primera vez en las escuelas se enseñaba en las lenguas
nativas de los alumnos y se impartía la misma educación para ambos sexos);
permitir a las mujeres conducir, transitar libremente y abandonar el velo a
voluntad; abolir la dote; integrar a la mujer al trabajo y a estudios
universitarios así como a la vida política con cargos públicos (siete mujeres
fueron elegidas al Parlamento; establecer un salario mínimo, legalizar los
sindicatos y, algo que no podían consentir. los muyahidines, la separación
Iglesia –Estado
El
por entonces presidente de los EEUU Jimmy Carter, uno de los presidentes más
inteligentes que ha tenido Norteamérica a lo largo de su historia y hoy
olvidado por pacifista, se desentendió durante tres años del enfrentamiento
entre soviéticos y muyahidines porque sabía que ayudar a los mártires de Alá no
podía reportar nada bueno a los EEUU. La llegada de Ronald Reagan cambió
radicalmente la situación. Reagan apostó por luchar contra el comunismo a
cualquier precio, con eso ganaba popularidad y de paso ayudaba a la primera industria de su país: El Armamento. EEUU
comenzó la ayuda a los muyahidines con asesores logísticos, tanques, armas y
millones de dólares. Gracias a esa ayuda nació la fracción talibana, una
escisión más radical aún de los muyahidines que creció hasta hacerse con el
país. Los soviéticos se fueron en 1989 pero los talibanes, los amigos de EEUU,
se implantaron en el país con las consecuencias que todos conocemos. “Estos
caballeros son el equivalente moral a los padres fundadores de América” dijo
Ronald Reagan durante la recepción en la Casa Blanca (1985) de los “héroes d la
libertad”: los talibanes.
De
aquellos barros…
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