Cuando Manolete entró a matar, Cano estaba allí. El 28 de agosto de 1947 el toro más famoso de la historia, Islero, hería mortalmente al torero más famoso de la historia, Manolete. "Canito" era el único reportero gráfico que asistió a la corrida y su cámara recogió la instantánea que dio la vuelta al mundo. Al día siguiente plasmó también la imagen viva de la muerte: Manolete amortajado. La tragedia sumó aún más en la negrura a una España que carecia de primavera. Con frecuencia me han recordado mis mayores -ya quedan pocos- que yo también estaba en la plaza de toros, con año y medio en brazos de mi madre ese día de S. Agustín en las fiestas de Linares.
He tenido oportunidad de conocer a "Canito" en la Feria de Santiago de Santander de este año y charlar con él. Es un hombre menudo, sencillo y muy lúcido que lleva a gala su edad plasmada en la gorrilla azul: 1912. Sólo tiene 99 años y sigue haciendo lo que más le gusta, fotos taurinas. Las malas lenguas dicen que la otra cámara que lleva para las peticiones de los aficionados, no tiene carrete. En su juventud fue bailarin, profesor de natación, boxeador y novillero. Goza de una memoria prodigiosa, salvo si le preguntan por sus amoríos.
Francisco Cano "Canito" es el decano de los fotógrafos taurinos y referente indiscutible de la fotografía taurina del siglo XX. En su libro Mitos de Cano que acaba de editar Rom Editors aparecen muchos de los famosos que conoció a lo largo de su vida.
Nos vemos el próximo año maestro y que viva Alicante "la millor terreta del món".
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