Carla Berrocal es la nueva estrella del comic español. Viajera impenitente, en su infancia vivió en Tokio y conoció la cultura Manga de gran influencia en su obra. Tiene un 50% de los aires del Pacífico chileno por parte de madre y otro 50% del más pacífico río Manzanares por parte de padre. La mezcla de genes y de memes componen una personalidad plena de sensibilidad artística que se refleja en toda su obra pero muy especialmente en su último trabajo en solitario:
El Brujo. Porfirio Pillampel es un brujo de la isla de Chiloé, tierra de superstición conocida como "nueva Galicia", alegre y melancólico a la vez. Después del fallecimiento de su amada, pierde toda esperanza y decide hacer una travesía hacia la muerte embarcándose en el Caleuche (barco fantasma usado por los brujos). Surca los mares en su Ítaca particular y visita a Pincoya (hija de Millalobo, Dios del Mar) antes de llamar al barquero, un Caronte al que no hay que dar ninguna moneda sino Llancas (piedras) para que te traslade a la isla de los muertos y apaciguar la ira de los espíritus
Para un "carroza" como yo, cuya mejor referencia del tebeo siempre será El Capitán Trueno. es un atrevimiento emitir cualquier juicio de valor sobre la artista emergente y además sería poco objetivo hablar de alguien que es como de mi familia. Somos "tito" Pedro y "sobrina", si no de sangre, si de afectos. Por eso me alegro de su éxito y le deseo que el sábado 11 de junio que estará firmando su libro en la caseta del CAM en La Feria del Libro de Madrid, las colas para pedir su firma sean tan largas como las que se forman para la firma de Vargas Llosa.
Hace unos cuantos años, cuando Carla era una niña que hacia garabatos en un papel, en un vuelo le dije a su padre Carlos: Oye, esta niña tiene madera de artista y triunfará en el mundo del dibujo, y no soy Rappel...
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