La China está cerca es una película italiana de 1967 dirigida por Marco Bellochio en la que destripaba a la burguesía por sus miedos ante el comunismo. Asustados por la perspectiva de vestir todos con la misma casaca Mao y la lectura obligada del libro rojo, reaccionaban de un modo exagerado. Hoy, quién se lo iba a decir a Bellochio, la China está más cerca, pero por la vía del capitalismo; y esta vez si que es para preocuparse. Siendo inadecuada toda analogía histórica, esta etapa de China recuerda los EEUU de Theddy Roosevelt en su irrupción abrupta, poderosa y universal.
Con el invento del capitalismo-leninismo (sistema capitalista y dictadura de partido único autotitulado comunista, nadie sabe por qué) su economía crece un diez por ciento cada año y ha hecho cambiar de mentalidad a los chinos: el consumismo ha entrado en sus vidas, y como son mil trescientos millones, que se dice pronto, consumen mucho, hacen subir los precios de los productos en los mercados internacionales y crean inflación...que afecta a nuestros bolsillos.
Hay que asumirlo, ha comenzado la invasión amarilla en nuestro país por vía pacífica: en España, se conceden todas las facilidades a ciudadanos chinos para abrir sus negocios, estos acuerdos permiten que creen empresas sin pagar impuestos durante siete años, transcurrido ese plazo, estos mismos ciudadanos chinos pueden traspasarle el negocio a sus compatriotas, montar otro negocio y unos y otros no pagar impuestos durante otros siete años. Se supone que en contrapartida nos permiten mayores facilidades para el comercio de nuestras empresas en China, pero la balanza es cada vez más deficitaria para nosotros, y para muestra, un botón: hace un par de años vinieron técnicos chinos para aprender la elaboración del jamón ibérico; ya han conseguido que no se pueda distinguir entre ambos incluso por especialistas nuestros.
Las actividades económicas chinas en España aparecen con frecuencia relacionadas con la economía sumergida y hasta ilegal. Los inmigrantes chinos son explotados, en régimen de semiesclavitud, por mafias chinas que vulneran las leyes españolas en materia laboral, de seguridad e higiene en el trabajo e inmigración, sus comercios permanecen abiertos 365 días al año y a cualquier hora; tienen licencia para montar un "todo a cien", pero progresivamente van incluyendo alimentación, ropa, calzado...es imposible competir con sus precios y la contratación de mano de obra española es prácticamente inexistente.
Resumiendo, la actividad comercial china, no contribuye a disminuir el paro en España, no aumenta nuestra producción industrial, infringe la legislación española y obliga a los comerciantes españoles a competir en unas condiciones que son imposibles de alcanzar legal y honradamente y eso que los restaurantes chinos han dado un bajón porque ahora sabemos que nos pueden dar gato por liebre.
Que no se me malinterprete, mi blog se llama Mil leches, lo que deja claro que no soy racista, defiendo la inmigración y la igualdad ante la ley, precisamente por eso, me parece muy desproporcionado el trato que le damos, por ejemplo, a un latinoamericano, que el que le damos a un chino a la hora de trabajar y establecerse.
La China é vicina y más vale que vayamos aconsejando a nuestros hijos que aprendan el mandarin para que se puedan entender mejor cuando trabajen como esclavos.
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