Hasta el 22 de marzo se pueden contemplar en Caixa Forum siete de las más importantes esculturas de Auguste Rodin (1840-1917), un paseo por los sentidos en el cogollo de la milla del arte madrileña.
Se encuentran expuestos en la calle tal como gustaba a Rodin, El Pensador y los seis notables de Caláis, una de las versiones de Los Burgueses de Caláis; no es mucho, se echa de menos alguno de sus trabajos sobe el mármol como El Beso, El Abrazo, La Mano de Dios y La mano del Diablo o El Pensamiento, escultura para la que Rodin utilizó los conmovedores rasgos faciales de Camille Claudet, su alumna, su amante y finalmente su asistenta, en una relación pasional llena de dramáticos sucesos. Camille, que era una gran escultora y cuya obra se puede apreciar en París, terminó pasando los últimos años de su vida en un psiquiatrico.
En el museo Rodin, rue Varenne 77 Boulevard des Invalides en París, instalado justo donde el maestro realizaba sus trabajos, se encuentran todas sus esculturas, no falta ninguna porque las itinerantes son repetidas, de hecho, de El Pensador hizo 20 versiones, no podía ser de otro modo debido al éxito del más grande escultor desde Bernini, todo el mundo se interesó por contemplar sus trabajos, si bien, escandalizó con sus desnudos a la pacata sociedad de la época.
Isadora Duncan cuenta en sus memorias que con 19 años posó y danzó para el artista pero este que ya contaba 62 y era corto de vista comenzó a palparle los senos y ella se asustó y se marchó, arrepintiéndose durante toda su vida de no haberse entregado al genio en aquel momento.
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