Mi vida es un pandemónium desde que descubrí el ordenador. Ahora lo veo todo en power point.
En el mundo virtual en el que vivo descargo a mi tía como un programa, la convierto en Spam o la archivo en una carpeta vieja. La semana pasada conseguí hacer de ella un avatar de Second Life y la envié al desierto de Sonora, pero cometí un error, entre el calor, los cactus y tanta serpiente, se encontraba, como dice mi peluquero, en su "handicap" natural. Así que la trasladé de inmediato a la cordillera andina, allí donde un equipo de rugby se convirtió en antropófago por culpa de un accidente de avión.
Hoy, al abrir el ordenador, se me ha aparecido en forma de emoticón verde y saposo y me ha lanzado un PWUAJFFGW¡¡, por fortuna no me llegó, pero las teclas están llenas de una cosa viscosa como el blandiblú.
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