En
condiciones normales un acuerdo comercial entre dos países solía ser
beneficioso para ambos pero las cosas ya no son así. Los países ya no son
soberanos y la capacidad de maniobra de sus gobiernos está muy restringida.
Mandan las grandes corporaciones, las multinacionales, las megaempresas, que a
su vez están manejadas además por el sector financiero. El Tratado de Libre
Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (TLC), también conocido como
TTIP por sus siglas en inglés, es un acuerdo de los del Norte con los del Norte
que perjudica seriamente a todos los ciudadanos de la Unión Europea pero especialmente a los
países más pobres que somos los del Sur. Nos va a afectar en todos los niveles
de nuestra vida y no viene mal que lo sepamos y tratemos de pararlo en la
medida de nuestras posibilidades.
Algunas
consideraciones para que nos vayamos haciendo a la idea.
¿Quién apoya
este TLC en España?
El Partido
Popular y el Partido Socialista firmaron un acuerdo en junio de 2013 que
recogía una petición expresa al Gobierno para empezar las negociaciones con
EE.UU.
-Al menos
podremos votar los ciudadanos…
-No. La UE
puede plantear un referéndum pero no tiene intención de hacerlo. En nuestro país, el 6 de mayo de 2014, el
Congreso de los Diputados rechazó la convocatoria de un referéndum sobre el TLC,
como proponía Izquierda Unida, con los votos en contra de PP, PSOE, CIU, PNV y
UPyD.
¿Nos afectará
en materias como Sanidad y Alimentación?
-El 70% de
la comida vendida en EE.UU contiene ingredientes modificados genéticamente.
Algo impensable actualmente en la Unión Europea.
-Las Big
Pharma de EE.UU. entrarán a saco sin ningún tipo de regulación. Pasaremos a ser
productos más o menos rentables en función de nuestras posibilidades y así se
nos tratará.
-¿Nos
afectará en cuanto a derechos sociales, laborales y económicos?
-EE.UU se ha
negado sistemáticamente a ratificar convenios de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT). El TLC podría servir de acercamiento de las normas laborales europeas a los
estándares estadounidenses. Si ya están mal las cosas es fácil imaginar la
caída en picado de los derechos de los trabajadores.
Fuente: Los
cuadernos del Club de Amigos de la Unesco de Madrid (CAUM) del que me honro en ser socio y la colaboración de Alberto Garzón y Desiderio Cansino.