La razón que
mueve a un ministro de la Iglesia es la sinrazón de la fe; de igual modo que un
militar no tiene sentido sin la guerra; ambos, curas y militares, son parásitos
sociales. No lo son sólo ellos, la Monarquía no se sostiene sin corte ni
bufones (véase Urdangarin, Cristina, y los amigos del Rey), ni los banqueros
subsistirían sin la codicia y el engaño (véase las preferentes), ni la CEOE sin
trabajadores. En definitiva, si la Iglesia vende humo (once mil millones nos
cuesta el humo al año), los militares se arman para desarmarnos (seis mil
quinientos millones de presupuesto para este año y sigue subiendo) cuando la
única guerra que está asolando a Europa es la financiera, los banqueros nos
engañan con burbujas y sueños (treinta y seis mil millones para salvar la
banca da por perdidos el Gobierno), la
CEOE crea leyes que generan más desempleo o trabajo basura que denigra al
trabajador (treinta y cinco mil liberados les estamos financiando) y la Monarquía
antiguallas (otros que roban como todo el mundo sabe), vivimos en un mundo
donde hay sectores que no generan ni han generado nunca ningún bien social, son
improductivos, carteristas de altos vuelos que se benefician de nosotros pero
no contribuyen a mejorar la sociedad sino que son un lastre.
¿Falta de
respeto a las Instituciones? No, son ellas las que nos están faltando el
respeto.
En los
últimos años de la dictadura franquista –la mal llamada dictablanda- estaba prohibido el derecho de reunión, manifestación
y expresión. Hoy, en esta democraciadura
que estamos viviendo aún podemos expresarnos; es importante que lo sigamos
haciendo y que defendamos los escasos derechos que nos están dejando, uno de
los más importantes que también nos quieren cercenar es el de expresión.
Tenemos
derecho a hablar y tenemos que hacerlo porque, en última instancia, como dijo Blas de Otero Nos queda la palabra.
Señores, un
poco de respeto por favor.
Me encanta
la demagogia, cuando me asiste la razón.