Blog variopinto como su propio nombre indica, donde pienso hablar de todo incluido el sursum-corda
Tuesday, November 24, 2009
El arte y las putas
Mil leches se complace en contar con la colaboración de la especialista en arte Barbara Rubio Romero:
Prácticamente todos los géneros artísticos han tocado y profundizado en la temática de la prostitución desde todos los ángulos imaginables…. escritores, músicos, fotógrafos, guionistas y directores de cine y un largo etcétera han sucumbido al encanto y a la fuerza expresiva de este mundo habitado por burdeles, putas, alcahuetas, chulos, clientes y demás fauna nocturna.
Durante siglos, los pintores han sido conscientes de que estas mujeres transmitían emociones como ningún otro tema figurativo y es el motivo por el que, independientemente del estilo o de la vanguardia artística a la que pertenecieran, hicieron de ellas sus musas.
Es fácil comprender que un bodegón o una naturaleza muerta, puedan estar correctamente ejecutadas desde el punto de vista técnico y académico pero no nos transmiten la misma fuerza o la pasión de un retrato, un desnudo, una postura o una sutil insinuación.
Su capacidad para enviar esa emoción a lo más profundo de nuestro hipotálamo habita en ese juego de luces que es la pintura y en la certera representación de la soledad, la marginación, la provocación, el hastío, la tristeza, la indiferencia….. Un sinfín de emociones.
Pero no todos los acercamientos a este mundo fueron iguales. Algunos autores aportaron una perspectiva crítica, al considerar que la «prostitución corrompía todo lo que tocaba». El universo degradante de los prostíbulos fue captado por el pintor Grosz en los gloriosos años 20 del siglo pasado, demonizando esta profesión a través de su pincel y presentando a mujeres con un gran deterioro físico, horrendas y deformes. Grosz, en concreto, hizo hincapié en sus pinturas en la figura del hombre-cliente, burgués de la época, a menudo explotador y culpable de esta dura realidad. Con trazos infantiles, a medio camino entre el expresionismo y el surrealismo, representaba personajes deformados con una cruda agudeza visual.
Toulouse-Lautrec, supo acercar al espectador la cotidianeidad de la profesión más antigua del mundo sin entrar en juicios de valor. A pesar de que otros artistas como Manet o Klimt también se acercaron asépticamente a esta realidad, fue Henri de Touluse-Lautrec quien realmente mostró desde dentro el universo de los legendarios cabarés de Montmartre. «Siempre trató a las prostitutas con respeto, publicitándolas en sus afamados carteles, que sin duda constituyen lo más granado de su obra».
Como espectadores, podemos adoptar también la postura cómoda, a la que nos invita desde la representación clásica de la más famosa de las putas, María Magdalena, hasta la más incómoda de todas, desde mi punto de vista, las “Señoritas de Avignon” de Picasso, que da nacimiento al movimiento cubista, y en la que el artista nos sitúa violentamente delante de un escaparate, de una vitrina donde la oferta es la carne de mujer, de prostituta.
En definitiva, un universo fascinante y amplísimo en el que sumergirse para encontrar tantas interpretaciones como uno quiera y que sigue siendo un referente y una inagotable fuente de inspiración para los artistas actuales.
Bárbara Rubio Romero para el blog Mil leches
Friday, November 20, 2009
20 aniversario de los derechos del niño
Este hijo de puta de la foto, quizás no sabe que lo es. Él solo está aprovechándose de los beneficios que le permite su religión. Todas las religiones son machistas, pero la de Mahoma se lleva la palma. No creo que la niña, su esposa, llegue a los doce años, una edad en la que un niño tiene que estudiar y jugar; no complacer a hijos de puta.
Los niños, esos locos bajitos que no paran de jugar, que les ha hecho la boca un fraile y que son capaces de pasarse horas gritando llorando y riendo celebran hoy el vigésimo aniversario de la creación de sus derechos. Ellos tampoco lo saben, pero muchos siguen siendo víctimas de maltrato, de explotación sexual, de utilización como mano de obra barata y también como soldados. Siguen muriendo, uno cada seis segundos, de hambre o de una enfermedad perfectamente curable. Solo que ahora, mejor dicho, desde hace veinte años, tienen sus derechos legislados para que al menos no todo quede impune. Unicef, uno de los pocos organismos que funciona en la ONU se ha encargado de recordarlo.
Hoy los titulares se los ha llevado la liberación del Alakrana, ese tema que olvidaremos en una semana y que posiblemente vuelvan a recordarnos las tele-basura dentro de veinte días con alguno de los marineros o sus esposas contando por un puñado de euros los malos momentos que pasaron, no pretendo frivolizar el tema, solo constato una realidad social.
Pero, lo realmente importante para todos los seres humanos, debiera ser el recordatorio de que los niños tienen sus derechos, que hace veinte años que se legislaron y que el mundo, esta sociedad tan injusta en la que vivimos, sigue sin respetarlos.
Saturday, November 14, 2009
Ser o no Ser
Los genios de la pantalla no son fáciles de llevar al teatro. Después de ver como "destrozaban" a Woody Allen en el Maravillas de Manuela Malasaña de Madrid, confieso que asistí con cierta reticencia a la representación teatral de Ser o no Ser. La historia de una compañía de teatro que está ensayando una parodia del nazismo cuando Hitler invade Polonia es de sobra conocida y una de las mejores comedias de Lubitsh; para mí, mi película preferida.Trasladar ese ritmo endiablado a un escenario con la dificultad añadida del directo y hacerlo con éxito es una tarea que requiere talento
El resultado no puede ser mejor, fiel al original recupera la mayoría de los gags como no podría ser de otra manera; proviene de uno de los mejores guiones de la historia del cine y el acierto consiste en conservar su esencia.
Está muy bien dirigida y con una interpretación excelente, destacando J. Luís Gil (el presidente de la comunidad de la serie de TV. Aquí no hay quien viva) en el papel de "ese gran, gran actor polaco, Joseph Tura".
El cine, o mejor Lubitsh, rindió un gran homenaje al teatro con To Be or not To Be (1942), ahora el teatro se lo devuelve con esta gran puesta en escena de la comedia más divertida.
Hasta las "morcillas" están logradas, genial la de la cafetería "Nebrasky" a la salida del teatro Alcázar en la calle Alcalá de Madrid.
Cada día me gusta más el teatro, los actores y el público sabemos en nuestro acuerdo tácito que todo es mentira o, que todo es verdad, y, en esa maravillosa complicidad compartimos la idea de que el teatro es vida y que la vida es puro teatro.
Monday, November 09, 2009
La caída del muro de Berlín
"El día más feliz" es como ha bautizado Ángela Merkel el vigésimo aniversario de la caída del muro. No tengo capacidad para aguar la fiesta a nadie ni tampoco lo pretendo pero hoy, 9 de noviembre de 2009, he escuchado muchas tonterías. Es comprensible que Alemania celebre su unificación pero, los demás ¿Que celebramos? El gobierno del que la Sra. Clinton es vicepresidente está construyendo un muro en la frontera de EE.UU. con Méjico de más de 500 km. Israel también pretende levantar otro, robando terreno a Palestina con los asentamientos,curiosamente de más de 500 km. Hay más de 1020 millones de personas en "libertad" muriéndose de hambre. Si entrecomillo la palabra libertad es por la mala utilización que se hace de ella. Las dictaduras son nefastas mientras duran, incluso después porque dejan huellas en la mente. Durante el franquismo, mi generación vivió privada de libertad, pero los que salíamos a la calle a reclamarla no eramos más de trescientos y nos conocíamos todos. No es verdad como han dicho los líderes que han hablado que "el don más preciado sea la libertad". Los valores más preciados son la salud y la comida para los que se están muriendo de hambre y vamos a dejarnos de cuentos chinos.
Lo peor es que nos venden lo que quieren del modo más natural; hijos del pensamiento único, nos hemos convertido en una sociedad acrítica. El plasma somos nosotros no lo que tenemos enfrente.
En los países del este se ha cerrado muy dolorosamente el paraguas protector público característico de la época soviética (pleno empleo, sanidad y educación gratuitas. etc.) y cunde la desmoralización ante el saqueo del estado mediante privatizaciones controladas por las viejas nomenklaturas y las mafias pero eso importa poco;
A los líderes occidentales lo único que les preocupa es seguir vendiendo los aviones de combate, los Renault, Walkswaguen, Caterpillar etc, a un mercado más amplio; que sea una sociedad más justa o que los pobres se mueran de frió en invierno no es su problema , ¿Verdad Sra, Merkel?
Los rusos tienen una frase con la que alimentan su frustración:
“Hemos descubierto que todo lo que nos contaban del comunismo era falso y que todo lo que nos contaban del capitalismo era cierto”
Thursday, November 05, 2009
Los 60 mejores libros de los últimos 60 años
Para celebrar el aniversario número 60 del Festival de Literatura Cheltenham, uno de los más grandes del mundo, el periódico británico Times dio a conocer la lista de los que su equipo editorial especializado en literatura considera los mejores libros de las seis últimas décadas, uno por cada año.
La lista está compuesta en su mayoría por obras escritas originariamente en inglés. Está claro que vivimos mundos distintos cuando solo destacan de nuestra lengua un par de novelas latinoamericanas. Es grave que falte en esta lista una de las dos o tres mejores novelas del siglo XX reconocida por todos: Cien Años de Soledad. Pero también, algunas de la importancia de La Fiesta del Chivo (Vargas Llosa), El Siglo de las Luces (Alejo Carpenter), Pedro Páramo (Juan Rulfo), Rayuela (Cortazar), Cuando ya no importe (J. C. Onetti), El nombre de la rosa (Eco) Corazón tan Blanco (Javier Marias) y muchos más que seguramente prodrías ayudarme a incluir.
Aquí te presento la lista del Times:
1984, George Orwell (1949)
El león, la bruja y el armario, C. S. Lewis (1950)
El Guardián entre el Centeno, J. D. Salinger (1951)
Los cerdos tienen alas, P. G. Wodehouse (1952)
Casino Royale, Ian Fleming (1953)
El señor de las moscas, William Golding (1954)
Lolita, Vladimir Nabokov (1955)
Ciento un dálmatas, Dodie Smith (1956)
Doctor Zhivago, Boris Pasternak (1957)
Nuestro hombre en La Habana, Graham Greene (1958)
El Gatopardo, Giuseppe di Lampedusa (1959)
Matar a un ruiseñor, Harper Lee (1960)
Trampa 22, Joseph Heller (1961)
El cuaderno dorado, Doris Lessing (1962)
La campana de cristal, Sylvia Plath (1963)
Funeral en Berlín, Len Deighton (1964)
Duna, Frank Herbert, (1965)
Ancho mar de los Sargazos, Jean Rhys (1966)
"Hacia el fin de la mañana", Michael Frayn (1967)
2001: Una Odisea Espacial, Arthur C. Clarke (1968)
La mujer del teniente francés, John Fowles (1969)
Play it as it Lays, Joan Didion (19709
Americana, Don DeLillo (1971)
La colina de Watership, Richard Adams (1972)
Crash, J. G. Ballard (1973)
"Miedo a volar", Erica Jong (1974)
El misterio de Salem's Lot, Stephen King (1975)
Even Cowgirls get the Blues, Tom Robbins (1976)
A Scanner Darkly, Philip K. Dick (1977)
El mundo según Garp, John Irving (1978)
La gente de Smiley, John le Carré (1979)
Poderes terrenales, Anthony Burgess (1980)
Lanark, Alasdair Gray (1981)
La casa de los espírtus, Isabel Allende (1982)
Waterland, Graham Swift (1983)
Dinero, Martin Amis (1984)
El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez (1985)
Tourist Season, Carl Hiaasen (1986)
Son más los que mueren de desamor, Saul Bellow (1987)
Madre Londres, Michael Moorcock (1988)
Sexing the Cherry, Jeannette Winterson (1989)
Get Shorty, Elmore Leonard (1990)
El camino hambriento, Ben Okri (1991)
La historia secreta, Donna Tartt (1992)
Trainspotting, Irvine Welsh (1993)
How Late it Was, How Late, James Kelman (1994)
Luces del Norte, Philip Pullman (1995)
Las cenizas de Ángela, Frank McCourt (1996)
Harry Potter y la piedra filosofal, J. K. Rowling (1997)
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Haruki Murakami (1998)
Desgracia, J. M. Coetzee (1999)
"El asesino ciego", Margaret Atwood (2000)
The Corrections, Jonathan Franzen (2001)
Expiación, Ian McEwan (2002)
The Time Traveler's Wife, Audrey Niffenegger (2003)
La línea de la belleza, Alan Hollinghurst (2004)
Crepúsculo, Stephenie Meyer (2005)
"El camino", Cormac McCarthy (2006)
Mil soles espléndidos, Khaled Hosseini (2007)
Netherland, Joseph O'Neill (2008)
The Little Stranger, Sarah Waters
1984, George Orwell (1949)
El león, la bruja y el armario, C. S. Lewis (1950)
El Guardián entre el Centeno, J. D. Salinger (1951)
Los cerdos tienen alas, P. G. Wodehouse (1952)
Casino Royale, Ian Fleming (1953)
El señor de las moscas, William Golding (1954)
Lolita, Vladimir Nabokov (1955)
Ciento un dálmatas, Dodie Smith (1956)
Doctor Zhivago, Boris Pasternak (1957)
Nuestro hombre en La Habana, Graham Greene (1958)
El Gatopardo, Giuseppe di Lampedusa (1959)
Matar a un ruiseñor, Harper Lee (1960)
Trampa 22, Joseph Heller (1961)
El cuaderno dorado, Doris Lessing (1962)
La campana de cristal, Sylvia Plath (1963)
Funeral en Berlín, Len Deighton (1964)
Duna, Frank Herbert, (1965)
Ancho mar de los Sargazos, Jean Rhys (1966)
"Hacia el fin de la mañana", Michael Frayn (1967)
2001: Una Odisea Espacial, Arthur C. Clarke (1968)
La mujer del teniente francés, John Fowles (1969)
Play it as it Lays, Joan Didion (19709
Americana, Don DeLillo (1971)
La colina de Watership, Richard Adams (1972)
Crash, J. G. Ballard (1973)
"Miedo a volar", Erica Jong (1974)
El misterio de Salem's Lot, Stephen King (1975)
Even Cowgirls get the Blues, Tom Robbins (1976)
A Scanner Darkly, Philip K. Dick (1977)
El mundo según Garp, John Irving (1978)
La gente de Smiley, John le Carré (1979)
Poderes terrenales, Anthony Burgess (1980)
Lanark, Alasdair Gray (1981)
La casa de los espírtus, Isabel Allende (1982)
Waterland, Graham Swift (1983)
Dinero, Martin Amis (1984)
El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez (1985)
Tourist Season, Carl Hiaasen (1986)
Son más los que mueren de desamor, Saul Bellow (1987)
Madre Londres, Michael Moorcock (1988)
Sexing the Cherry, Jeannette Winterson (1989)
Get Shorty, Elmore Leonard (1990)
El camino hambriento, Ben Okri (1991)
La historia secreta, Donna Tartt (1992)
Trainspotting, Irvine Welsh (1993)
How Late it Was, How Late, James Kelman (1994)
Luces del Norte, Philip Pullman (1995)
Las cenizas de Ángela, Frank McCourt (1996)
Harry Potter y la piedra filosofal, J. K. Rowling (1997)
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Haruki Murakami (1998)
Desgracia, J. M. Coetzee (1999)
"El asesino ciego", Margaret Atwood (2000)
The Corrections, Jonathan Franzen (2001)
Expiación, Ian McEwan (2002)
The Time Traveler's Wife, Audrey Niffenegger (2003)
La línea de la belleza, Alan Hollinghurst (2004)
Crepúsculo, Stephenie Meyer (2005)
"El camino", Cormac McCarthy (2006)
Mil soles espléndidos, Khaled Hosseini (2007)
Netherland, Joseph O'Neill (2008)
The Little Stranger, Sarah Waters
Tuesday, November 03, 2009
La Linea Onedin
La Wikipedia dice que esta fascinante serie sobre barcos la vimos en España antes de los setenta. Mi amigo Emilio Alfaro piensa como yo, que la vimos en los 60 y estoy seguro de que alguno de vosotros también podrías estar de acuerdo. Está claro que la memoria, a veces, nos juega malas pasadas, pero estemos equivocados o no, no viene mal alimentar un poco la nostalgia.
Liverpool, 1860, James Onedin (Peter Gilmore) un hombre listo y con ambición pero sin "blanca" se casa por conveniencias con la hija feucha y solterona de un rico armador y adquiere el velero Charlotte Rhodes; Anne (Anne Stallybrass) se convierte con el paso del tiempo en un pilar fundamental para el éxito de la naviera Onedin y el amor de ambos llega a ser tan profundo que trasciende la pantalla ( ambos se divorciaron y se unieron en matrimonio en el 88).
Como suele suceder en todas las series inglesas la ambientacion y la interpretación son de un gran nivel. Los cinéfilos pudimos ver por primera vez a una jovencisima Jane Seymour, tan aficionada en toda su historia televisiva a lucir miriñaques y no solo en la Dra. Quinn.
Pronto se convirtió en una de las series favoritas de los españoles para ver en la sobremesa y también para mí, que alucinaba escuchando eso del trinquete y la vela de mesana. Navegando con la familia Onedin nos cruzábamos con los veleros más bonitos del mundo y además, nos acompañaba una música excepcional como podéis apreciar en el vídeo. Se trata de la partitura de el ballet Spartacus que compuso Aram Khachaturian.
No viene mal recordar las cosas que nos hicieron pasar momentos felices, porque la vida, como decía el pobre Montes el del tiquitaca, ¡es maravillosa!
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